domingo, 13 de septiembre de 2009

Domingo 13 de septiembre, XXIV domingo ordinario

DOMINGO 13 DE SEPTIEMBRE

24º DOMINGO ORDINARIO

-Día del Señor-

ANTÍFONA DE ENTRADA (Cfr. Eclo 36, 15-16)

A los que esperan en ti, Señor, concédeles tu paz, y cumple así las palabras de tus profetas; escúchame, Señor, y atiende a las plegarias de tu pueblo.

Se dice Gloria

ORACIÓN COLECTA

Míranos, Señor, con ojos de misericordia y haz que experimentemos vivamente tu amor para que podamos servirte con todas nuestras fuerzas. Por nuestro Señor Jesucristo...

Lectura del libro del profeta Isaías: 50, 5-9

En aquel entonces, dijo Isaías: "El Señor Dios me ha hecho oír sus palabras y yo no he opuesto resistencia, ni me he echado para atrás. Ofrecí la espalda a los que me golpeaban, la mejilla a los que me tiraban de la barba. No aparté mi rostro de los insultos y salivazos. Pero el Señor me ayuda, por eso no quedaré confundido, por eso endurecí mi rostro como roca y sé que no quedaré avergonzado. Cercano está de mí el que me hace justicia, ¿quién luchará contra mí? ¿Quién es mi adversario? ¿Quién me acusa? Que se me enfrente. El Señor es mi ayuda, ¿quién se atreverá a condenarme?". Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

Del salmo 114

R/. Caminaré en la presencia del Señor. Amo al Señor porque escucha el clamor de mi plegaria, porque me prestó atención cuando mi voz lo llamaba. R/. Redes de angustia y de muerte me alcanzaron y me ahogaban. Entonces rogué al Señor que la vida me salvara. R/.El Señor es bueno y justo, nuestro Dios es compasivo. A mí, débil, me salvó y protege a los sencillos. R/.Mi alma libró de la muerte; del llanto los ojos míos, y ha evitado que mis pies tropiecen por el camino. Caminaré ante el Señor por la tierra de los vivos. R/.

Lectura de la carta del apóstol Santiago: 2, 14-18

Hermanos míos: ¿De qué le sirve a uno decir que tiene fe, si no lo demuestra con obras? ¿Acaso podrá salvarlo esa fe? Supongamos que algún hermano o hermana carece de ropa y del alimento necesario para el día, y que uno de ustedes le dice: "Que te vaya bien; abrígate y come", pero no le da lo necesario para el cuerpo, ¿de qué le sirve que le digan eso? Así pasa con la fe; si no se traduce en obras, está completamente muerta. Quizá alguien podría decir: "Tú tienes fe y yo tengo obras. A ver cómo, sin obras, me demuestras tu fe; yo, en cambio, con mis obras te demostraré mi fe". Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

ACLAMACIÓN (Gál 6, 14)

R/. Aleluya, aleluya.No permita Dios que yo me gloríe en algo que no sea la cruz de nuestro Señor Jesucristo, por el cual el mundo está crucificado para mí y yo para el mundo. R/.

Lectura (Proclamación) del santo Evangelio según san Marcos: 8, 27-35

En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos se dirigieron a los poblados de Cesarea de Filipo. Por el camino les hizo esta pregunta: "¿Quién dice la gente que soy yo?" Ellos le contestaron: "Algunos dicen que eres Juan el Bautista; otros, que Elías; y otros, que alguno de los profetas". Entonces él les preguntó: "Y ustedes, ¿quién dicen que soy yo?" Pedro le respondió: "Tú eres el Mesías". Y él les ordenó que no se lo dijeran a nadie. Luego se puso a explicarles que era necesario que el Hijo del hombre padeciera mucho, que fuera rechazado por los ancianos, los sumos sacerdotes y los escribas, que fuera entregado a la muerte y resucitara al tercer día. Todo esto lo dijo con entera claridad. Entonces Pedro se lo llevó aparte y trataba de disuadirle. Jesús se volvió, y mirando a sus discípulos, reprendió a Pedro con estas palabras: "¡Apártate de mí, Satanás! Porque tú no juzgas según Dios, sino según los hombres". Después llamó a la multitud y a sus discípulos, y les dijo: "El que quiera venir conmigo, que renuncie a sí mismo, que cargue con su cruz y que me siga. Pues el que quiera salvar su vida, la perderá; pero el que pierda su vida por mí y por el Evangelio, la salvará". Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

Se dice Credo

ORACIÓN DE LOS FIELES

Imploremos, hermanos y hermanas, la misericordia de Dios y pidámosle que escuche las oraciones de los que hemos puesto nuestra confianza en él. (Respondemos a cada petición: R/. Te rogamos, Señor, óyenos).

Para los obispos, los presbíteros y los diáconos pidamos al Señor una vida santa, tal como corresponde a su ministerio y el premio abundante de su trabajo, roguemos al Señor. R/.

Para que los que gobiernan las naciones y tienen bajo su poder el destino de los pueblos, pidamos el don de la prudencia y el espíritu de justicia, roguemos al Señor. R/.

Para los enfermos e impedidos pidamos al Señor la fortaleza necesaria, a fin de que no se desanimen ante las dificultades y vivan alegres en la esperanza de los bienes eternos, roguemos al Señor. R/.

Para nosotros mismos y para nuestros familiares, amigos y bienhechores, pidamos al Señor que nos conserve y aumente los bienes que con tanta generosidad nos ha concedido, roguemos al Señor. R/.

Dios nuestro, fortaleza de los pobres y auxilio de los que sufren, escucha las oraciones de tu Iglesia y danos el Espíritu Santo; para que, iluminados con su luz, creamos con el corazón y confesemos con las obras que Jesús es el Mesías, y vivamos convencidos de que salvaremos nuestra vida si tenemos el valor de perderla por anunciar el Evangelio. Por Jesucristo, nuestro Señor.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Acepta, Señor, con bondad, los dones y plegarias de tu pueblo y haz que lo que cada uno ofrece en tu honor, ayude a la salvación de todos. Por Jesucristo, nuestro Señor.

PREFACIO DOMINICAL I

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo nuestro Señor. Quien, por su misterio pascual, realizó la obra maravillosa de llamarnos del pecado y de la muerte al honor de ser estirpe elegida, sacerdocio real, nación consagrada, pueblo de su propiedad, para que, trasladados de las tinieblas a tu luz admirable, proclamemos ante el mundo tus maravillas. Por eso, con los ángeles y los arcángeles y con todos los coros celestiales, cantamos sin cesar el himno de tu gloria: Santo, Santo, Santo...

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Sal 35, 8)

Señor Dios, qué valioso es tu amor. Por eso los hombres se acogen a la sombra de tus alas.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Que la gracia de esta comunión nos transforma, Señor, tan plenamente, que no sea ya nuestro egoísmo, sino tu amor, el que impulse, de ahora en adelante, nuestra vida. Por Jesucristo, nuestro Señor.

¡Feliz domingo!

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